penktadienis, balandžio 21

no era chivas

Ayer dormí vestida.
La alegría se me disfraza en tu sonrisa, y en una y otra botella que dejo vacía.
Los desencuentros generan tormentos y soledades frías, y el azar se olvidó de conspirar con mis sueños tambaleantes en zigzag por las calles.
Cambio los rumbos para no acostumbrarme y la costumbre es creer que hago lo contrario a lo esperado. Impulsos como viento a la nube, me desplazan hacia la nada. Cada paso que doy es una lejanía más con vos.
Me aparto del juego, atrás queda el tablero y tu espalda que busca mi mano que huyó despavorida al bolsillo, a morderse las uñas.
Y lento voy por si decides buscarme y al final no me encuentras, porque no salí a ninguna parte. Creí que temblaba pero eran tus piernas las que movían mi suelo.
El mínimo contacto de una parte de mi piel, agrietada por la escarcha que rasque de tu alma, se conmueve, porque tus ojos tienen miedo, y yo mientras tanto bebo, porque me di cuenta que no fui yo la que ganó...